De Profundis...

Versando ahora en la postguardia, con el estómago apenas saciado por un café con leche para no agredir de más a la mucosa gástrica y un par de galletas, me dispongo a realizar la última entrada de esta mes de Mayo de 2009.

Curiosamente, el desvelo da vida al pensamiento reflexivo y una vez más es el nosocomio donde se trenzan las ideas y las emociones.

Suceso reciente, hace apenas unas horas en el paso de visita comentaba con mi compañero de guardia, excelso pediatra por cierto, el caso de dos pacientes de terapia intensiva, cuya vida, si se me permite la expresión, por no suprimirla con la otra símil de homeostasis del medio interno (véase la catrina), esta encadenada a una cama o cuna de hospital, siendo alimentados en el mejor de los casos con biberón y en el peor por una sonda en el estómago, requiriendo oxígeno siempre para poder respirar adecuadamente, obviamente suero, antibióticos, analgésicos y demás equipo médico necesario para monitorizar sus signos vitales de manera contínua (por aquello de que se les ocurra suprimir su homeostasis).

Pero lo más triste, en todo caso es ver su continuo via crucis, ese inagotable sufrimiento que conlleva todo lo anterior y además el no estar con sus papás en su lenta agonía, porque aunque siempre hay alguien al cuidado y observación de ambos niños,sus padres tienen restringida la visita en el área de cuidados intensivos, por ser una llamada área crítica.

Esto engloba cualquier tipo de sufrimiento humano, desde el físico, que vaya que si duele hasta el emocional que es el más perturbador, porque aunque no hay un sitio álgico reconocible en el cuerpo, la persona que lo padece, siente morir en vida, un dolor indescriptible, que no cede ni con los más potentes derivados de la morfina.

Pero, que cura estos dolores? Expertos dicen, que el tiempo cura todo, sin embargo yo creo que solo mitiga un tanto la pena, y es a fin de cuentas, nuestra amiga y confidente, la muerte la que al final de los días se lleva, no solo el cuerpo sino los dolores del alma.

"Detrás de la alegría y la risa, puede existir una naturaleza vulgar, dura e insensible.Pero, detrás del sufrimiento existe sólo sufrimiento. El dolor, a diferencia del placer, no utiliza máscara."

Oscar Wilde.

Sine qua non.