viernes, 22 de mayo de 2009

El inicio...

Hace apenas unos días, leí ensimismado, pasmado y verdaderamente alucinado, ciertas historias de las cuales conocía en algunas la esencia, en otras a los personajes de las abreviaturas e inclusive en unas cuantas más hasta llegaban a mencionarme, no por mi nombre , sino por mi parentesco con la autora de dichas vivencias.

Albricias.

Motivo de regocijo indescriptible el saber que alguien tan cercano a mi, tenia ese potencial increible de hacer pensar, reflexionar, recordar e inclusive ilusionarse con el poder de las letras.

Más emoción aún el que dicha estrella del firmamento literario en su versión electrónica, me sugiriera escribir algo en un espacio propio; después la incertidumbre o el temor a hacer algo verdaderamente chafa, burdo, vulgar , pues y finalmente al darse valor- sin alcohol de por medio, es prudente señalarlo- iniciar con estas letras ordenadas en forma de frases, nada célebres, por cierto.

Comenzaremos por retomar algo que me pareció por demás insólito, algo que para los cultistas de la música sería prácticamente un sacrilegio, vamos algo peor que la que para mi era la cumbre de toda la estupidez contenida en una frase que rezaba "Quiet Riot, tiene mensaje".

Resulta que cierta entidad nosológica embebida en un cuerpo humano, tuvo la brillante idea de ver que podia aprender al escuchar las 9 sinfonías de Beethoven.

Por vida de Dios, como dice el refrán , no tiene la culpa el indio...sino el que lo quiere educar ( bueno, no va asi, pero como decía el chapulín colorado, la idea es esa).

Este individuo, no va a aprender absolutamente nada ni aunque Beethoven hubiera escrito, como Joseph Haydn, mas de 100 sinfonías--( como agregado cultural es digno de mención, que el 31 de mayo de este año se conmemoran los 200 años del fallecimiento de este notable músico y compositor austriaco, conocido como el Padre de la Sinfonía)-- y se diera la tarea de escucharlas todas para "ver si aprendia algo". En ese momento, coincidí al pensar que nunca sería de sociedad, sin embargo luego de analizarlo concienzudamente durante 2 minutos llegué a la conclusión de que no podría ser ni de suciedad.

No creo que exista en este planeta un individuo que pueda aprender algo con el hecho de escuchar la música,( al menos algo que pueda aplicar a su cotidiana existencia, salvo que sea músico, compositor o concertista y que entienda de cuartetos, octetos, sonetos y todas esas cosas que los músicos saben y entienden.

La esencia de la música, incluso para los que la hacen, tocan o dirigen, va más allá de eso, es sentirla, disfrutarla, vivirla y en algunos raros casos verla u olerla( búsquese sinestesia ).

Remito a los lectores de este blog a esta página:http://www.youtube.com/watch?v=s8eigkwmMEo, para que tengan una idea más clara de lo que se puede aprender viendo y escuchando a Beethoven: Nada.

Los más aventurados podrán entonces amar a Beethoven o detestarlo para siempre, algunos más serán indiferentes o inclusive cambiaran la página al momento, pero siempre se quedarán con la idea de que en la música como en las demás bellas artes, el conocimiento se adquiere con el alma, no con las clases de salón.

Cronómetro.

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